No sé donde te dieron ese título pero no eres mejor persona por lucirlo en tu despacho. Dentro de tu reino quizás seas la máxima autoridad o en algún que otro caso general con aires de grandeza. Pero ahí fuera somos iguales en cuanto a rango se refiere, por supuesto si hablamos de esa educación que dices impartir te queda bien poca, al menos eso demostraste, al menos eso me demostraste. Te creíste en posesión de la razón y no hay nada más peligroso que eso. Tu solo acusaste, empujandome así al limite, porque la presión y los nervios me hicieron tender al error.
Creíste ser juez y parte de un discurso ya preparado ante un indefenso argumento improvisado y por lo tanto, insolido, quizás la próxima vez que nos veamos deba explicarte la diferencía entre Jurado y Profesor, quizás deba explicarte que significa retorica, respuesta, educación y ingenio.
Prometo que dolerá menos que un tacto rectal pero que hará más repercusión que un par de ostias bien dadas, aunque lo haré en pequeños fasciculos, en diminutas dosis de humillación y humor, y lo que tenga que ser será, podré volver a ser humillado, pero jamás me volveré a reprimir. Lo injusto es injusto, y ayer fuí injusto con vosotros. Pero no volverá a pasar, a todo cerdo le llega su San Martín.