miércoles, 2 de abril de 2014

Y es que cuando menos lo quiero más me hace falta.

Me pregunto si algún día podre escribir una de esas canciones que tanto me flipan, supongo que ningún corazón joven esta preparado para esperar demasiado. Porque lo cierto es que este vacío tan absoluto con sabor a nada aborrece, quizás estoy escribiendo esto porque estas últimas noches me ha dado por pensar en pasado y la verdad es que me escuece. Que tarde aprendes que lo que fácil llega, fácil se va, aunque sigo esperando que se ilumine esa pantalla. Como sentado en el anden viendo pasar los trenes, pero sin ganas de subirme. 

Es curioso que alguien tan vacío le quede tanto por dar, creo que son otra vez mis ganas de romperme. No puedo evitarlo y hago que escribo como inventándome, como conociéndome. Y a todo esto, Roma sigue en ruinas, ese puente sin candado y un saco de promesas que aún no he hecho. Mi vida sigue una linea intermitente ahora que el dolor esta en paños menores.

Y es que cuando menos lo quiero más me hace falta.