J.Sabina

Asi que no andes lamentando
lo que pudo pasar y no pasó;
aquella noche que fallaste,
tampoco fui a la cita yo.

Censured.

La parte censurada de la historía es la hora de la verdad, cuando todo se vino abajo. Lo primero que me enseñó la vida es que todo lo que crees tiene que estar diseñado para soportar el peso que se coloca sobre ello y lo que he construido no aguanta ese peso. Tanto esfuerzo por querer dejarme la sangre en esto, que tengo aún emociones a flor de piel al recordadme allí, vaciandome en cada examen como si fuera el último, escribiendo en cualquier fila de aquella aula dónde siempre quise pero jamás creí llegar, aún se ponen los pelos de punta al pensar en lo que llegué a estudiar que con seguridad será directamente proporcional a lo que llegaré a fracasar.


Quizás ahora me doy cuenta que no calcule bien la carga al crear este sueño para alguien como yo, quizás por eso me dan ganas de llorar al pensar que equivocandome en cada una de esas aulas será lo más cerca que estaré de la universidad. Mi mobil no para de sonar, mensajes, llamadas y whatshaps, que no me hunda, que aguante, que no me lo merezco y que no me ha podido ir tan mal, yo no quiero hablar, evado tema, agradezco las palabras pero ninguno de vosotros estaís en mi lugar.

Porque lo más tragico de cada historía es que nada continua después del punto y final.

Selectividad.

Nunca pensaba verme en este punto, considero que en la vida cada esfuerzo trae consigo una consecuencia aunque sea a destiempo. Repetí dos veces y pocos son los que creyerón en mí, nisiquiera yo lo hice. Mañana voy a plantarme ante una de las pruebas homologadas más duras de la vida, pero yo ya he ganado, por coger un agosto y hacerlo época de estudio, ahora sonrío con complicidad a un corazón de cristal al cúal he ido recontruyendo después de cada rotura, porque hay momentos en la vida que no sabes hasta dónde vas a dar de ti, que te estiras como una goma incluso llegandote a romper. 


A todos los que vayamos a ir, lo que tenga que ser será, pero hoy os digo que almenos hemos tenido los huevos de luchar.

De lo poco que sé de la vida es que me va a poner a prueba y la verdad... que no espero menos de ella. A lo largo de este verano he aprendido que solo debo escuchar a los que me quieren. Tuve que ser justo a su justa medida aunque he tenido que soportar mucha injusticia, nunca he entendido porque la gente intenta quedar mejor con los que menos le importan, porque al fin y al cabo los que te quieren deben entenderte, me declaró completamente incompetente en la materia. Creo que somos conscientes de lo que somos y del papel que ocupa cada persona en nuestras vidas, pero no somos capaces de controlar la incontrolable manipulación del mismo según, momento/conveniencia.

Nunca he entendido que los esfuerzos más grandes los hagamos para contentar a personas ajenas a lo que realmente queremos, ¿por qué no los hacemos para hacer que los que nos hacen sonreír sigan sonriendo? Me parece injusto, me parece facilón y sobretodo desconsiderado.

Sigo cabezón en lo que quiero decir, aunque nunca me verás decirlo.